domingo, 19 de enero de 2014

Domingo de invitado: Sassy grrrl




Les contaré mi experiencia, pero no es una experiencia común debido  que el primer "vibrador" que usé fue un masajeador para cuerpo que me regalaron para mis dolores de espalda... pero yo le di un mejor uso. Tenía 15 años, llevaba dos masturbándome y me pareció interesante el usar algo más para aumentar el placer. Ese masajeador vibraba tan fuerte, que me dio increíbles orgasmos por tres años, tan buenos que los recuerdo como si fuera ayer.

En cuanto a las características del “juguete”, este era algo grande, liso por los dos lados. De un lado era blanco, y por el otro lado tenía un infrarojo que siempre lo tuve en Off. El cable era largo, lo cual era bastante bueno, y además traía una tapita que se podía poner o no. El único problema es que sonaba bastante fuerte, por lo cual lo usaba únicamente cuando estaba sola en casa, aunque por ahí que podían  pensar que vivía con dolor de espalda. Podía usarlo una, dos, tres veces al día... podía hacerme venir en tan sólo un minuto, estaba en la gloria adolescente.

Comencé a sentir curiosidad por los juguetes sexuales, por ello decidí probar con un dildo de color azul de un material algo duro... debo admitir que no me gustó, me sentí bastante incómoda. Tal vez haya por ahí algún dildo que me haga suspirar, pero todavía no lo conozco. Lamentáblemente este masajeador pasó a mejor vida poco tiempo antes de conocer a mi pareja actual (RIP, amiguito), y a pesar de que él tiene una lengua que me hace vibrar y descontrolarme, aún lo recuerdo con mucho cariño.

Y bueno, ¡Esa fue mi corta experiencia! Yo creo que si por ahí hay alguna lectora joven e inexperta, como era yo a los 15 años, debería correr al centro a comprarse uno. Les aseguró que pasarán increíbles momentos y nadie les cuestionará el que tengan un masajeador tirado por ahí, al fin y al cabo "Es para los dolores de espalda".

Sassy grrrl

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